Por mucho éxito que haya alcanzado en su meteórica carrera profesional en el mundo de la música y muy excéntrica que parezca su personalidad, Lady Gaga sigue siendo la misma persona que aterrizó en la industria musical en 2008. Por eso, cuando mira hacia atrás y ve lo que ha conseguido en tan poco tiempo, no puede evitar estallar en un mar de lágrimas de alegría y agradecimiento hacia sus millones de fans, a quien llama cariñosamente "monstruos".
"He pasado mucho tiempo llorando hoy, lágrimas de felicidad, pero muchas. No puedo creer cómo es mi vida. Poder comprar cosas bonitas, viajar, me sobrepasa. Algunos días me golpea muy duro, de verdad, no puedo expresar lo suficiente mi gratitud al equipo de monstruos por creer en mí. Habéis cambiado mi vida familiar", escribió en Twitter.
Haciendo gala de que las millonarias ganancias que ha cosechado en estos años no han cambiado ni un ápice de su humildad natural, la cantante neoyorquina no piensa dejar de ofrecer espectáculo a sus seguidores todo el tiempo que pueda.
"Espero que con mi música, espectáculos y mensajes pueda compartir con todos vosotros estas bendiciones que da la belleza del arte. Con amor, una señorita muy humilde", sentenció en su mensaje.
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