El famoso presentador y humorista Jimmy Kimmel no ha escatimado en detalles a la hora de describir las sensaciones que ha empezado a experimentar a medida que se acerca una de las fechas más importantes de su carrera, la que le llevará el próximo 26 de febrero a subir al escenario del teatro Kodak de Los Ángeles para ejercer de maestro de ceremonias en la gala de los Óscar.
"Ahora mismo me siento como una bola de pura ansiedad y la verdad es que no soy de esas personas que suelen emocionarse demasiado ante lo que ocurre, a menos que tenga que ver con la pesca. Lo que tengo claro es que quiero hacer un buen trabajo y, en consecuencia, no paro de pensar en ello", reveló el cómico en conversación con el portal de noticias The Wrap.
Tanto es así, que el artista ha llegado incluso a tener pesadillas que versan acerca de un hipotético fiasco durante la ceremonia más importante de la meca del cine, lo que explica por qué en las últimas semanas se ha dedicado en cuerpo y alma a escribir el mejor monólogo de apertura posible para empezar la gala con buen pie.
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"El sábado pasado me pasé toda la noche soñando sobre el tema, y no fue nada bueno, así que en realidad tengo que decir que fue más una pesadilla que otra cosa. He estado pensando tanto sobre esto... Tengo miedo de fracasar, de hecho, la idea del fracaso me ronda constantemente y creo que ese es el motor que me empuja a tomármelo tan en serio", explicó al mismo medio, antes de insistir en que se esforzará al máximo por resultar "gracioso".
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"Cuando estoy escribiendo mi monólogo, el miedo que siento ante un posible fracaso me obliga a no parar, a no dejar para el día siguiente lo que pueda hacer en ese momento. Mi propósito está claro: tengo que salir a ese escenario y ser lo más gracioso e ingenioso que pueda", manifestó.
Por: Bang Showbiz