El polifacético Jamie Foxx tiene a sus espaldas una de las carreras más prolíficas y variadas de la industria del cine, lo que le ha permitido alcanzar el estatus de multimillonario. Sin embargo, eso no le ha convertido en un aficionado al estilo de vida de las estrellas por lo caro que le resulta, sobre todo en lo que respecta al pago de las facturas del agua caliente de su jacuzzi y su piscina.
"Quieres encajar en Beverly Hills, quieres ser fabuloso, así que preparas tu piscina cuando la gente viene a visitarte para que esté a 26 grados: 'Animaos, daos un baño, y probad el jacuzzi. Está a 38 grados'. Pero después de recibir la factura, la siguiente vez que vienen a tu casa el agua está fría, congelada como el hielo. Esa cosa cuesta 2 000 dólares (1 500 euros) cada mes", confesó al periódico The Sun.
Aunque en la actualidad el actor disfruta de ingresos millonarios por cada una de sus películas -encarnará al villano en la nueva película 'The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro'-, al principio de su carrera trabajaba como cómico en locales nocturnos, un oficio que le llevó a verse envuelto en más de una situación comprometida.
"Un día alguien estaba metiéndose conmigo en el club, y este personaje con pinta de gánster se me acerca y me dice: 'Foxx, ¿alguien te está molestando?'. Y le contesté que sí, que 'ese tío de ahí' lo estaba haciendo. Me porté como una chica, pero le echaron del local", explicó.
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Sin embargo, Jamie reconoce que su relación con el mundo gánster se volvió muy pronto en su contra ya que su "conocido" esperaba que le devolviera el favor colándole, junto a todos sus amigos, en todos los bares.
"Le debía el favor, sí. Y cada vez que iba a la ciudad era algo del tipo: 'Vamos a entrar en ese club contigo, ¿verdad?'. Todo esto con 15 tipos mirándome fijamente mientras tanto", concluyó.
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