El humorista y presentador James Corden será este año el flamante maestro de ceremonias en la entrega de los premios Grammy que tendrá lugar el próximo 12 de febrero en el Staples Center de Los Ángeles, toda una responsabilidad que, además de obligarle a dejar su impronta personal para diferenciarse de sus antecesores, le llevará a reaccionar con toda la autoridad que se desprende del cargo ante la posibilidad de que el controvertido Kanye West trate una vez más de hacer de las suyas.
"Le voy a tumbar, lo digo en serio, me aseguraré de que caiga al suelo tan rápido que ni se dará cuenta", bromeó el cómico a la revista Billboard en referencia a las dos ocasiones en las que el rapero subió sin previo aviso al escenario de la gala para interrumpir el discurso de los ganadores al álbum del año y expresar su disconformidad con la decisión.
Aunque por el momento el marido de Kim Kardashian no ha confirmado siquiera su presencia en la nueva edición de los prestigiosos galardones, motivada precisamente por su convicción de que los responsables del evento han discriminado tradicionalmente a los artistas afroamericanos del hip hop, James Corden prefiere estar prevenido de antemano en el caso de que el polémico artista acuda finalmente con ganas de provocar al personal.
"Me encanta cuando Kanye gana, porque soy uno de sus admiradores más leales. Y espero que no tenga intención alguna de volver a interrumpir el discurso de nadie", aseguró en tono conciliatorio pero demostrando que no se ha olvidado de la consternación que Kanye generó entre todos los presentes cuando, primero en 2009 con Taylor Swift y, seis años después con Beck, tomó el micrófono para criticar sus triunfos ante la mirada atónita de estos.
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Otra de las sorpresas que dará de sí la gran noche de la industria discográfica estadounidense, además de la pretensión de su presentador de evitar desagradables imprevistos, reside en la sobriedad con la que James Corden tratará de conducir la ceremonia y en la falta de chascarrillos que puedan herir sensibilidades entre los artistas.
"La verdad es que no creo que sea el tipo de encuentro más propicio para hacer el tipo de chistes a los que estoy acostumbrado. Pienso que el Staples Center no es el sitio más adecuado para hacer comedia pura y dura, simplemente no estamos hablando del mismo tipo de espectáculo", explicaba recientemente a la revista People.
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