Aunque es difícil imaginar a las numerosas estrellas que pasean por el Festival de Cannes mezclándose con tribus indígenas en la selva, en el caso de Gael García Bernal la idea no resulta tan peregrina. De hecho, el actor -que se encuentra promocionando su western ecuatorial 'El Ardor' en el certamen- reconoce que las "experiencias místicas" que ha vivido en esos parajes han marcado su personalidad desde que puso un pie por primera vez en ellos cuando era apenas un niño.
"Cuando era pequeño acompañaba a mis padres a las comunidades indígenas para trabajar con ellos enseñándoles a leer y escribir. Fue a partir de esa vivencia por lo que empecé a acudir a ellas para tener unas experiencias que podría calificar de místicas y espirituales", declaró durante una entrevista al periódico francés Le Monde.
Pese a que era consciente de las incomodidades que le esperaban, Gael no pudo resistirse a la oferta del director del filme, Pablo Fendrik, que le permitía volver a un lugar tan especial para él, en esta ocasión para rodar una película de la que se siente muy orgulloso, sobre todo por el empeño que volcó en ella todo el equipo para conseguir llevar a buen puerto su grabación.
"Fue un rodaje muy exigente. Solo teníamos cinco semanas en total, en un solo día llegamos a hacer 40 tomas. Íbamos muy rápido, y además las condiciones ambientales eran horribles. Aunque sea la jungla, hace muchísimo frío por la mañana, y hay muchos mosquitos. Teníamos que intentar concentrarnos mientras los mosquitos zumbaban todo el rato", aseguró.
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Aparte de ser uno de los actores más admirados y polifacéticos de su generación - dirige y produce en el marco de 'Canana', productora que fundó con su amigo Diego Luna-, Gael se ha convertido involuntariamente en el mejor embajador del cine mexicano, un papel en el que parece encontrarse muy cómodo.
"Hoy en día, México se ha convertido en uno de los pocos lugares donde los cineastas pueden crear en un ámbito de libertad casi total", concluyó.
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