Había pasado más de medio año desde que la popular pareja se dejara ver por última vez navegando en yate por las costas de Miami, un prolongado tiempo sin apariciones públicas que intensificó las conjeturas sobre una hipotética separación de la que, hasta ahora, ninguno de los dos se había animado a dar explicaciones.
Haciendo gala de la misma discreción que siempre les ha caracterizado, Enrique Iglesias y Anna Kournikova han demostrado con una simple imagen, que ya circula en Twitter, que su longeva relación de más de 10 años sigue adelante
con normalidad y sin alteraciones, ya que este fin de semana ambos posaron sonrientes y tranquilos con los organizadores del festival de música Jingle Bell tras la exitosa actuación ofrecida por el español en el citado evento.
La presencia de la extenista entre bambalinas había pasado desapercibida, entre otras razones, porque el hijo de Julio Iglesias ha decidido ignorar completamente a su pareja en cualquier tipo de conversación hecha pública, ya sea a través de su perfil en la red social o en las últimas entrevistas que ha concedido en Estados Unidos. Tanto es así, que el astro de la música se limitó el domingo a dar las gracias a su público por abarrotar el recinto en el que tuvo lugar su multitudinario concierto navideño, siguiendo así su política de no hacer mención a su chica ni cuando la ocasión no parece dejarle otra opción.
"Ahora mismo trabajo más que nunca, y por eso creo que no estoy preparado todavía para tener hijos
. Es un tema al que he dado muchas vueltas en los últimos años, pero la verdad es que tampoco es algo que dependa solo de mí. Es una responsabilidad demasiado grande como para tomar decisiones a la ligera", aseguraba el intérprete durante una entrevista en la emisora de radio Sirius XM sin referirse a la deportista en ningún momento.
No obstante, en los últimos meses ambos han dejado sutiles pruebas de que su relación no se ha visto demasiado afectada
por el paso del tiempo -ni por la negativa de Enrique a tener hijos-, ya que la venta de su mansión de Miami que tantas especulaciones generó en relación al deterioro de su romance solo demostró, con el paso del tiempo, que la pareja buscaba un nidito de amor mucho más grande.
"Enrique y Anna siempre quisieron regresar al barrio de Bay Point [donde se encuentra la nueva casa] porque él vivió en esa zona de Miami durante buena parte de su juventud. Su nueva mansión es inmensa y está al lado de la playa", revelaba la responsable de la venta, la agente inmobiliaria Esther Percal, al portal de noticias Gossip Extra.
Fuente: Bang Showbiz
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