Luego de la falla cardiaca que padeció a principios del año pasado mientras se encontraba en su casa de Inglaterra, Antonio Banderas prometió que, entre otras medidas, reduciría considerablemente su ritmo de trabajo para cuidar su salud, pero muy pronto quedó claro que al actor le resultaría imposible rechazar aquellos proyectos que le entusiasmaban y retirarse por un tiempo del mundo de la interpretación, especialmente cuando llamó a su puerta la serie 'Genius' sobre el pintor malagueño Pablo Picasso.
"Al encontrarte con la muerte de frente valoras muchísimo más las cosas que tienes. Hay un punto de ironía que se acerca o se adhiere al halo de tu personalidad. Pero volviendo a la cuestión, no quiero bajar el ritmo porque esto es mi vida y si me tengo que morir antes, pues me moriré antes, pero yo quiero morirme haciendo las cosas que me gustan", se ha justificado a su paso por el programa 'El Hormiguero', al que llegó con la cabeza rapada y sin cejas como consecuencia de la caracterización a la que se ha sometido en este último proyecto.
De hecho, hace apenas cinco días el intérprete terminaba de rodar las últimas escenas de la ficción del canal National Geographic en Budapest, donde en sus propias palabras pasó "más frío que un camello en Alaska".
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En vista de que su carrera no era una de las cosas a las que estaba dispuesto a renunciar, la estrella optó por abandonar otros hábitos mucho más nocivos que su adicción al trabajo.
"En realidad... he hecho cosas, pero no bajar el ritmo. Sí he dejado de fumar, con acierto. Probablemente ese haya sido el error más grande que yo haya cometido en mi vida. A cualquiera que me esté escuchando que fume, y sobre todo, vuelvo a insistir, sobre todo si eres gente joven no confíes en la juventud, porque pasa. Si estás fumando ahora lo pagarás más tarde y eso me ha pasado a mí. Por tanto, déjalo. Ese es un buen consejo", ha repetido por enésima mes en los últimos meses, basándose en su propia experiencia.
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Irónicamente, su tocayo malagueño en cuya piel acaba de meterse era un fumador empedernido, lo que obligó a Banderas a recurrir a cigarrillos de pétalos de rosas y otros sucedáneos para fingir de forma convincente y sin inhalar una bocanada de nicotina, algo que ha prometido que no volverá a hacer.
"El último que yo me fumé fue el día 25 de enero por la noche y tuve el ataque al corazón el 26 por la mañana, y ahí se acabó todo", ha asegurado.
¿Y qué es lo próximo que le espera al actor? Además de tener pendientes dos rodajes, él sigue adelante con su faceta de diseñador, con la promoción de la aplicación Vibuk para buscar y ofrecer servicios relacionados con el talento artístico y un sinfín de planes más que le mantienen tan ocupado como para que la compra de un avión privado se convirtiera en una inversión necesaria para garantizar su salud y tranquilidad.
Por: Bang Showbiz
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