Don Chucho ha cumplido con su sentencia y regresa al barrio para seguir haciendo de las suyas, pero ya sus vecinos no le temen y esperan reclamarle hasta el último peso que les ha quitado arbitrariamente con sus préstamos.
Además, al llegar a su casa se da cuenta que su mamá ahora está al mando y le deja en claro que esa no es más su casa y Yolman ya no puede temerle.