
"It feels like the very first time?" En realidad, sí, sí se sintió como la primera vez estar en un concierto de una de las bandas más legendarias de los años 80: Foreigner. Y lo digo así porque en su concierto, su entrega y conexión con la música, con el público y con la atmósfera que se creó fue tan mágica, tan honesta, que se sintió como una primera vez de esas que marcan para siempre, tal como el título de una de sus más grandes canciones: como un primer beso, como conocer a alguien que te devuelve la esperanza cuando creías que tu corazón se había apagado, como el primer bocado de un plato inolvidable e incluso como un primer desamor. Pero, al mismo tiempo, también fue como algo que llevas toda la vida amando y que, cada vez que regresa, te llena de plenitud.
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Con canciones que se han convertido en himnos gracias a versos profundos que llegan a la médula del alma, con dos voces que se acoplaron a la perfección para demostrar potencia y sentimiento, y con una fuerza melódica incomparable, los integrantes de la formación actual de Foreigner —banda británico-estadounidense— se tomaron el Movistar Arena de Bogotá. Piano, bajo, batería y guitarras estridentes construyeron un viaje emocional que sacudió al público de principio a fin.
Foreigner en Bogotá: una bocanada de grandes clásicos de los años 80
La noche del 5 de mayo de 2025 fue la cita soñada para miles de fanáticos que albergaban este momento en su interior desde hace décadas. El concierto abrió con 'Double Vision' y de inmediato la euforia capitalina despegó sin freno. Canciones como 'Head Games' y 'Cold as Ice' hicieron brincar y rockear a los asistentes, mientras que temas como 'Waiting for a Girl Like You' tocaron fibras sensibles. Esta última, una balada poderosa, fue coreada con emoción por quienes alguna vez han esperado a su alma gemela, como una declaración musical del amor verdadero que llega tras tanto buscar.
El tecladista Michael Bluestein, Bruce Watson en la guitarra, Chris Frazier en la batería, el bajista Jeff Pilson y el vocalista Luis Carlos Maldonado dieron una clase de grandeza y majestuosidad musical en cada acorde. Interpretaron 'That Was Yesterday', un tema para entender que todo lo que hemos 'perdido' y que quedó en el ayer no se debe ver como "el fin del mundo, sino como un ligero cambio de planes", tal como dice la letra, 'Feels Like the First Time', la poderosa 'Urgent' y ofrecieron un solo individual de cada instrumento, demostrando maestría y pasión.
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Lou Gramm en concierto de Foreigner en Bogotá
Pero el momento más esperado de la noche fue, sin duda, la aparición del mítico Lou Gramm, apropiadamente llamado como 'The original Juke Box Hero', símbolo viviente de los años dorados de Foreigner. Su llegada fue precedida por una cálida y respetuosa bienvenida de parte de Maldonado, y su presencia provocó una ovación estremecedora. Fue el cumplimiento de una promesa y un acto de resiliencia puro.
Lou, quien en 1997 fue diagnosticado con un tumor cerebral que requirió una cirugía de casi 20 horas, ha pasado por múltiples dificultades; sin embargo, se recuperó y volvió al escenario para entregarle a sus fanáticos un último regalo. Su presencia es testimonio de fortaleza, amor por la música y respeto por su público. En su libro 'Juke Box Hero: My Five Decades in Rock ‘N’ Roll', Gramm contó: “Era un tumor no canceroso, pero del tamaño de un huevo grande y estaba en mi lóbulo frontal. Tenía tentáculos envueltos alrededor de mi glándula pituitaria y el nervio óptico”.
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A sus 75 años, Lou interpretó con su voz aún poderosa los clásicos 'Juke Box Hero' y 'Long, Long Way from Home', desatando una ola de emoción en todo el recinto. Luego, se dirigió a los asistentes con gratitud, compartiendo su orgullo por la reciente inclusión de Foreigner en el Salón de la Fama del Rock and Roll. Visiblemente conmovido y entre aplausos, celebró este hito reciente que marcó su carrera y su vida.
El cierre soñado de Foreigner en Bogotá
Cerca de las 10:20 p. m. llegó uno de los momentos más memorables: Foreigner interpretó 'I Want to Know What Love Is' junto al coro de niños del colegio San Jorge de Inglaterra. El resultado fue una versión íntima, conmovedora y profundamente especial de uno de los himnos más grandes del rock ochentero. Una canción que, más allá de hablar del amor ideal, también captura la angustia, la pérdida y el anhelo de encontrar una luz en medio de la oscuridad emocional y al final saber qué es el amor.
Para cerrar, 'Hot Blooded' desató una explosión final de energía, demostrando que incluso después de más de 13 canciones, el espíritu del rock seguía ardiendo en el alma del público.
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El concierto de Foreigner en Bogotá fue mucho más que una noche de rock: fue un viaje al alma. Finalmente, miles de personas pudieron escuchar en vivo esas canciones que marcaron generaciones, himnos que acompañaron momentos únicos en sus vidas. Temas que sanaron heridas, que evocaron recuerdos, que permitieron sentir sin filtros. Y así como hubo gritos eufóricos de alegría, también hubo lágrimas sinceras y emociones a flor de piel. Ver en el escenario a una de las bandas más grandes de los años 80 fue, para muchos, un sueño cumplido, una despedida nostálgica, y al mismo tiempo, una celebración de todo lo que la música puede sanar y despertar en el corazón.
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