Y como se reprodujeron los peces, el padrecito también se duplica para dar conferencias sobre espiritualidad y teología, oficiar misas y en las noches, escribe libros.
Aunque cumplidas todas las tareas, el cronograma aún no termina y por eso sólo duerme 4 horas al día.
A Linero se le ve corriendo por el aeropuerto de curramba rumbo a la Florida y California, dos de los estados norteamericanos que con más frecuencia visita: "en distintas ciudades me invitan para gritar que el Man está vivo.
Me gusta estar ocupado siempre, hay que aprovechar los momentos para estar con la gente, para aprender de ella y sobre todo para compartir la fuerza y el poder de Dios.
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Eso sólo es posible si entramos en nosotros mismos y somos capaces de amarnos y de creer en lo que somos".
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