Durante su audición, Mario puso a bailar a los entrenadores y al público de La Voz Teens. Las emociones que transmitió en el escenario convencieron a Cepeda para que girara su silla, dándole el último cupo que tenía en su equipo.
Mario inició casi por accidente su carrera musical, una de sus familiares abrió una escuela de música colombiana y entró a ella; tiempo después sintió que le gustaba cantar música popular y empezó a hacerlo. Cuando el joven confesó a sus padres que quería estudiar música de forma profesional su familia se opuso, sin embargo, después decidieron apoyarlo para que fuera completamente feliz.