Por sorprendente que pueda parecer, casarse con el empresario francés François-Henri Pinault -director ejecutivo del grupo Kering, al que pertenecen firmas como Alexander McQueen, Balenciaga o Gucci- no ha servido para facilitarle la vida a la actriz Salma Hayek a la hora de vestirse, más bien al contrario. Ahora la mexicana no solo tiene que pensar en cómo adaptar las últimas tendencias a sus curvas, sino que también debe preocuparse por cómo influyen sus elecciones de vestuario en la reputación de su marido cada vez que acude a un evento.
"Tengo mucha suerte porque mi marido trabaja en la industria de la moda. Gracias a eso tengo acceso a mucha ropa. Es verdad que tengo más acceso a diferentes modelos, pero también tengo muchos más eventos, y debo pensar en un montón de cosas, como por ejemplo: '¿Ya me han fotografiado con esta ropa?'. A mí no me importa, pero no quiero dar una mala imagen de mi marido, ¡como si no me diese acceso a las marcas de las que es propietario! Nunca puedo elegir nada de lo que ya está en las tiendas, no quiero que los demás piensen: 'Dios mío, está casada con el dueño de la marca y lleva el mismo vestido que esa otra'. La gente se cree que lo tengo fácil pero no es así", reconoce la actriz a la revista Donna, en la que asegura que tener a su disposición un guardarropa ilimitado no impide que en ocasiones no sepa qué ponerse.
"Tengo que pensar en mi propio cuerpo. No toda la ropa me sirve porque está confeccionada para las modelos y yo no tengo el cuerpo de una. No sé si las demás mujeres se imaginan que yo también tengo que pasar por estas cosas, me da vergüenza admitir que a veces no sé qué ponerme. Tengo los mismos problemas que cualquier otra mujer, a pesar de contar con un estilista personal y un marido en la industria de la moda".
A pesar de la presión que le supone compartir su vida con el magnate de la moda francesa, la actriz no duda ni un instante en asegurar que su matrimonio y su hija Valentina son los mayores triunfos de su vida, superando incluso a los muchos éxitos cinematográficos de su dilatada trayectoria profesional.
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"Un matrimonio lleno de amor y cariño, ese es sin duda el logro más importante de mi vida. Mi casa es donde se encuentra mi marido, él es mi casa. Todo lo que está fuera de mi núcleo familiar es una aventura que emprendo siempre con la mente puesta en cómo puede afectar a los míos", aseguraba a la revista Red.