En el mundo del deporte hay un término al que se le conoce como ‘triada de la deportista’ que es un desorden que se presenta en las mujeres que hacen deporte debido a una inadecuada alimentación que genera consecuencias como la amenorrea y pérdida ósea.
Esto debido a tres factores, el primero es una baja ingesta calórica que se da por la excesiva preocupación de bajar de peso y no engordar, la cual va acompañada de un intenso entrenamiento. No comer lo suficiente puede producir un déficit de nutrientes, en especial de hierro, que finalmente puede causar anemia y cansancio que disminuye el rendimiento físico.
Segundo, un bajo porcentaje de grasa en la mujer debido dietas hipocalóricas puede provocar un desequilibrio hormonal causando amenorrea o ausencia de la menstruación. Dicha situación puede influir en la fertilidad y reduce la capacidad de recuperarse después de un entrenamiento.
Tercero, se puede presentar una pérdida ósea por causa de la amenorrea aumentando la posibilidad de una menopausia precoz, lesiones de tejidos blandos y fracturas de huesos.
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Por eso es importante que las mujeres sigan unas recomendaciones nutricionales estrictas, ya que la dieta de una mujer deportista no es la misma de una que no lo es. Se debe aumentar las calorías ingeridas en función de las calorías que se gastan en el ejercicio.
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Además se debe incluir en la dieta alimentos ricos en hierro, magnesio, calcio, vitamina C, proteínas e hidratos de carbono, pero sin eliminar las frutas y verduras. Se recomienda como mínimo cinco raciones diarias de comida.