Doris Crippen, de 73 años, fue diagnosticado con COVID-19 luego de que su hijo la encontrara tendida en el piso y la llevará a urgencias, en la ciudad de Omaha, en el estado de Nebraska, EE. UU. ahí, tras una fractura en su brazo, también su prueba salió positiva y supo que lo que tenía no era una simple gripa como creía.
La mujer fue hospitalizada y luego de un mes su prueba salió negativa, por lo que fue enviada a Dunklau Gardens, un centro de rehabilitación y hogar de ancianos en Fremont, Nebraska, asociado con Methodist Fremont Health, según información del The Washington Post .
Allí trabaja Bev Boro, de 53 años, quien es enfermera y descubrió en los papeles de sus nuevos pacientes un nombre que le pareció muy familiar. “Dios mío, debe ser ella”, pensó en ese momento.
Tal como lo imaginó, quien había llegado a su lugar de trabajo era Doris Crippen, su hermana mayor y a la que no veía hace más de 50 años, pues estas mujeres comparten el mismo padre, pero son de diferente madre. Y aunque ambas crecieron en Nebraska y pasaron años buscándose, nunca tuvieron suerte hasta ahora.
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Doris aseguró al diario que sabía que Crippen tenía problemas de audición, así que trajo una pequeña pizarra en la que escribió el nombre de su padre, Wendall Huffman. La pista para que su hermana mayor afirmara que él era su padre y pudieran abrazarse efusivamente tras su reencuentro, en el que no faltaron las lágrimas.
An incredible reunion at Dunklau Gardens in Fremont: Two sisters separated for more than 50 years found each other because of the COVID-19 pandemic. Follow @KETV, @WOWT6News, @3NewsNowOmaha, @FOX42KPTM, @FremontTribune & @OWHnews for more on their shocking and emotional story. pic.twitter.com/tMqRNQpgOA
— Methodist Health System (@MeaningOfCare) July 22, 2020