El 1 de agosto, el Concejo de Bogotá rindió homenaje a cuatro grandes del humor colombiano por su destacada trayectoria y contribución al arte de hacer reír, no solo en la capital sino en todo el país.
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Los homenajeados fueron Don Jediondo (Pedro González), Polilla (Nelson Polanía), Camilo Cifuentes e Iván Marín, quienes han dedicado décadas de su vida a alegrar a millones de colombianos a través de escenarios, televisión y redes sociales.
Humoristas fueron homenajeados por Concejo de Bogotá
A los cuatro les fue entregada la Orden Civil al Mérito José Acevedo y Gómez, en los grados Gran Cruz y Cruz de Oro, uno de los reconocimientos más altos que otorga el Concejo de la ciudad.
Con más de 30 años de carrera, estos humoristas han dejado huella en la cultura, la identidad y la sonrisa de todo un país. Su talento ha trascendido generaciones, convirtiéndose en referentes del humor nacional.
“El humor nos une, nos hace pensar y nos recuerda que siempre hay motivos para reír”, escribió el Concejo de Bogotá en su publicación oficial, en la que se ve a los humoristas recibir el reconocimiento con emoción y gratitud.
Uno de los momentos más conmovedores fue el discurso de Pedro González, por su icónico personaje de Don Jediondo, quien no pudo contener las lágrimas al recordar sus orígenes: “¿Quién iba a imaginar que un niño con un par de alpargaticos rotos y pantaloncito remendado estaría hoy en este recinto tan sagrado como el Concejo de Bogotá? Hacer reír en medio de tantas dificultades no es fácil”. Con la voz entrecortada, dedicó el reconocimiento a su familia, agradeciendo por el apoyo incondicional a lo largo de su carrera.
Camilo Cifuentes, conocido por su rol de profesor en Yo Me Llamo y talento para imitar a todo tipo de personalidades, también dio un discurso lleno de emoción. Agradeció a Dios por el don de la vida y por permitirle hacer lo que más ama: imitar y hacer reír.
Iván Marín expresó que recibir este homenaje era “un verdadero sueño hecho realidad”, mientras que Polilla recordó la importancia de la risa como forma de resistencia y alivio en tiempos difíciles:
“La risa trae paz”, afirmó, sin olvidar mencionar con cariño a su esposa y compañera de vida, La Gorda Fabiola.
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