Una foto que dice: “ella es Emmy dejando la carta al especialista que no quería que ella viviera” es el comienzo de una historia que ha conmovido a miles de personas alrededor del mundo.
“Él dijo que ella y nuestra calidad de vida sería horrible”, comenta Courtney Baker, madre de la pequeña que sufre esta enfermedad.
Esta es la carta (Traducción del inglés):
Estimado doctor
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Un amigo me dijo recientemente que cuando su especialista vio a su hijo antes de nacer a través de las ecografías, el comentó “está perfecto”. Una vez su hijo nació con Síndrome de Down, ella visitó al mismo doctor. Él miro a su pequeño hijo y repitió “te lo dije, es perfecto”.
Su historia me desgarró. Yo estaba agradecida por la experiencia de mi amigo, pero me llenó de mucha tristeza porque yo debí haber tenido algo como eso. Desearía que tú hubieras sido ese doctor.
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Llegué a ti durante uno de los momentos más difíciles de mi vida, estaba asustada, ansiosa y desesperada. Yo no supe la verdad sobre mi bebé y eso fue lo que desesperadamente necesitaba de ti. Pero en lugar de apoyo y motivación, tú sugeriste que acabara con nuestro niño. Yo te dije su nombre y tú nos preguntaste de nuevo si entendíamos cómo sería nuestra calidad de vida con un niño que sufría de Síndrome de Down.
Tú nos aconsejaste que reconsideráramos nuestra decisión de continuar con el embarazo
Desde esa primera visita, soñábamos con nuestras citas. El momento más difícil de mi vida fue casi insoportable porque tú nunca me dijiste la verdad.
Mi hija era perfecta.
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No estoy molesta, solo estoy realmente triste. Estoy triste de que los latidos del corazón que tú ves todos los días ya no te asombren. Estoy triste porque los pequeños detalles y el milagro de esos dulces dedos de las manos y los pies, los ojos y oídos no te dan una pausa. Estoy triste porque te equivocaste al decir que un bebé con Síndrome de Down bajaría nuestra calidad de vida.
Estoy con el corazón roto al saber que tú podrías decirle lo mismo a una mamá hoy en día. Pero estoy más triste al saber que tú nunca tendrás el privilegio de conocer a mi hija, Emersyn.
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Porque sabes, Emersyn no solo ha mejorado nuestra calidad de vida, ella ha tocado el corazón de miles. A ella le han dado un propósito y una alegría que es imposible de expresar. A ella le dieron sonrisas gigantes y besos más dulces que a cualquiera que yo conozca. Ella nos ha abierto los ojos para ver la verdadera belleza y el amor puro.
Mi súplica es que ninguna otra mamá tenga que pasar por lo que yo pasé. Es que tú también veas ahora la verdadera belleza y el amor puro en cada ecografía.
Y mi súplica es que cuando tú veas al próximo bebé con Síndrome de Down escondido tiernamente en la barriguita de su mamá, tú mires a esa mamita y me veas, entonces le dirás la verdad: “Tu bebé es perfecto”.