Admirado por muchos, Steve Jobs se convirtió en el gurú de la tecnología al ser el genio creador de Apple. Sin embargo, parece que en su vida personal no era tan querido por su propia hija, Lisa Brennan-Jobs, a quien no reconoció hasta varios años después de su nacimiento.
Ella misma se ha encargado de revelar en el libro titulado ‘Small Fry’ que su padre no era precisamente el mejor. Allí cuenta que nació cuando Jobs tenía 23 años y que, aunque estuvo presente en su nacimiento, no fue hasta los 7 años de Lisa cuando la reconoció como su hija, obligado por demandas de paternidad.
Durante varios años, Lisa y su madre, Chrisann Brennan, vivieron de ayudas estatales y las cosas no cambiaron ni siquiera cuanto el genio tecnológico las reconoció. Así mismo, Jobs no habría pagado con regularidad la manutención de su hija y unos vecinos tuvieron que pagarle la universidad.
En dicho libro, Lisa también cuenta como su madre encontró una casa para ambas y le pidió ayuda para pagarla. Finalmente, él la compró para mudarse ahí con su esposa.
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De acuerdo con sus declaraciones, Lisa también fue obligada por él para verlo cómo manoseaba y besaba a su esposa, Laurene Powell: “Quédate ahí. Es un momento familiar. Es importante que intentes ser parte de la familia”.
“Hueles a cisterna”, le dijo Jobs moribundo tras un abrazo. Aunque el comentario podría ser bastante fuerte, lo cierto es que ella se acababa de poner un perfume caducado y considera que le “estaba diciendo la verdad”.
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Pese a todos esos momentos tan oscuros, Lisa lo defiende en su reseña y asegura que lo perdonó por todo lo que la hizo sufrir. Ahora solo quiere mostrarlo en su faceta más desconocida y demostrar que quería ser un buen padre, pero no pudo.
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