En el personalísimo ensayo que la actriz y guionista ha escrito para la revista Vogue, y a través del cual hacía público ayer miércoles que se había sometido a una histerectomía, Lena Dunham también se ha pronunciado acerca de otro de los cambios que se han producido en su vida en los últimos meses: el final de su relación sentimental con Jack Antonoff.
De sus palabras se desprende que su batalla contra las complicaciones derivadas de la endometriosis y las numerosas intervenciones a las que tuvo que enfrentarse en consecuencia, que acabaron superando la decena, le pasaron factura a su romance, pero no fueron la única razón tras su ruptura. Al mismo tiempo, Lena también explica que el músico no pudo estar a su lado cuando entró a quirófano para la que -con suerte- será la última operación a la que se someta en relación con ese problema de salud en concreto, pero insiste una y otra vez en que su entonces novio le dio todo el apoyo humanamente posible en la etapa tan complicada
"Mi maravilloso compañero, que me había ayudado a soportar tanto dolor con compasión y cuidándome, tuvo que ausentarse por trabajo, y yo podía sentir cómo nos íbamos distanciando porque al parecer la vida estaba empeñada en mostrarnos toda su complejidad en ese preciso instante. Yo misma estaba malhumorada y distante. No le ofrecí nada", explica la artista en su ensayo.
"Él me repetía una y otra vez que aún seguía siendo una mujer y que, sobre todo, estaba viva. Pero yo sabía que pronto, por un sinfín de razones que nada tenían que ver con mi útero, acabaríamos separándonos y a mí me tocaría enfrentarme a todo lo que estaba perdiendo con una lentitud imposible".
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Aparte del dolor insoportable que llevaba sufriendo a lo largo de los últimos meses, y que le llevó a ingresar en el hospital proclamando que no se marcharía sin que encontraran el origen de su dolencia o le extirparan el útero -una medida que su equipo médico se negó a contemplar en un primer momento-, la evidente preocupación de sus seres queridos ante el deterioro de su salud fue otro de los grandes motivos que empujó a la intérprete a abrazar la última y más extrema solución a su alcance.
"Mi familia solo quiere verme feliz. Por primera vez, y a pesar de todas mis locuras y travesuras del pasado, tenían miedo de verdad; mi padre comprobaba si sigo respirando mientras dormía, acercando su oreja a mi pecho. Yo les pedía perdón casi sin fuerzas por todo lo que estaban teniendo que presenciar: el que me hubiera convertido en alguien inmersa en demasiado dolor como para expresarse correctamente, que no podía evitar ser una fastidiosa carga en el mejor de los casos y un verdadero horror en el peor", recuerda en el artículo, en el que enumera las numerosas evaluaciones psicológicas y pruebas físicas que tuvo que superar antes de su histerectomía.
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Por: Bang Showbiz