Ahora que se cumplen 19 años del estreno de 'Sexo en Nueva York', Sarah Jessica Parker ha echado la vista atrás para hacer balance del impacto que tuvo en su trayectoria artística protagonizar la exitosa e irreverente serie de la HBO.
Aunque es indudable que ponerse en la piel de la ya mítica Carrie Bradshaw le brindó una proyección pública y profesional de la que carecía hasta entonces, la intérprete llegó a temer que tras despedirse de ese papel nadie quisiera contar con ella para futuros proyectos profesionales y acabara encasillada.
"Cuando se acabó 'Sexo en Nueva York' y se estrenaron las posteriores películas, tenía asumido que no volvería a hacer nada en televisión hasta pasados varios años, por lo mucho que me asociarían con ella", revela la famosa intérprete a la revista Variety.
Desde que se emitiera el último capítulo de la creación de Darren Star hace ya 13 años, la artista estadounidense se presentó de forma esporádica en otras producciones televisivas -incluida una breve intervención en 'Glee'- hasta que a finales del año 2014 regresó por todo lo alto a su antigua casa para dar vida, en este caso, a Frances Dufresne en la comedia 'Divorce', de la que es productora ejecutiva y con la que ha recuperado su condición de estrella de la HBO.
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"A mí me encanta este medio... Me gusta la idea de vivir una vida alternativa y contar la historia de alguien al completo. Me gusta mucho que la televisión te pida este tipo de disciplina. A la hora de producir -yo lo comparo con la actuación porque también te da alegrías, te presenta desafíos y te saca lágrimas-, me encanta el hecho de que tienes que ser muy preciso en cada decisión que tomas y como todo, al final, acaba sumando", confiesa en la misma entrevista.
Por: Bang Showbiz
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