Hace algo menos de dos años, tras pasar parte de su adolescencia completamente alejada de la atención mediática después de la muerte de su famoso padre, Paris Jackson volvió a presentarse ante el mundo entero perfilándose como la nueva joven con apellido famoso que esperaba conquistar el mundo de la moda. Sin embargo, su trayectoria como modelo ha sido tan solo un trampolín hacia su verdadero objetivo: abrirse camino en el cine.
Su primera oportunidad en la pantalla grande llegó finalmente de la mano del director australiano Nash Edgerton, que confió en ella para que diera vida a uno de los personajes del filme 'Gringo', en el que la joven comparte créditos con estrellas de la talla de Amanda Seyfried y Charlize Theron. Y parece que ha conseguido superar con nota su prueba de fuego, al menos en opinión de esta última, que no duda en aplaudir el talento y -ante todo- la profesionalidad de la joven.
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"Admiro mucho que viniera e hiciera las audiciones como todos, y que además estuviera tan bien preparada y lista; como persona, ha manejado toda esta situación muy bien, y lo mismo puedo decir como actriz. Me ha dejado muy impresionada", asegura la oscarizada intérprete sudafricana en declaraciones a ET Online.
A la veterana estrella no se le escapa que Paris cuenta con la presión añadida de ser la hija del fallecido rey del pop a la hora de enfrentarse a las críticas que puedan relacionar su éxito profesional con la fama de su familia, algo que personalmente considera más una maldición que una bendición.
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"Es cierto que proviene de un gran legado, pero también creo que nadie quiere verse definido por ese peso que cargue sobre los hombros", apunta.
Por: Bang Showbiz
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