Aunque ahora vuelve a proyectar ese contagioso optimismo que tanto la caracterizó en sus primeros años de carrera, al que sin duda ha contribuido su compromiso matrimonial con el actor Daryl Sabara y la figura tan saludable que luce como consecuencia de su renovada pasión por el deporte, la cantante Meghan Trainor no ha dudado en echar la vista atrás para rememorar el "profundo agujero de depresión" en el cayó hace dos años por culpa de la grave hemorragia que sufrió en sus cuerdas vocales.
"Sinceramente, tras la segunda operación sentí que mi carrera musical estaba acabada. Me dije: 'Dios mío, ¿ha llegado mi fin? Acabé inmersa en un profundo agujero de depresión, angustia y ansiedad", ha revelado al diario The Sun sobre la enfermedad que la llevó a pasar por quirófano dos veces, en los años 2015 y 2016, y que tuvo un efecto devastador en su estado psicológico y emocional.
"Cada vez que tenía uno de estos brotes, me sentía sola y aterrada. Ya no sabía si los dolores que estaba experimentando eran reales o fruto de una especie de esquizofrenia. Sentía que me estaba volviendo loca, que estaba perdiendo la cabeza, como cuando vives esos momentos en los que parece que tu cuerpo y tu mente están disociados", ha añadido en la entrevista.
La magnitud de los problemas mentales que padeció la joven de 24 años en medio de tan oscuro capítulo de su vida quedó especialmente patente cuando, en una ocasión, tuvo que ser trasladada de urgencia al hospital como resultado de lo que en un principio parecía tratarse de una reacción alérgica.
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"Fui a urgencias una noche porque pensaba que era alérgica a algo que había comido. Mi garganta se cerraba constantemente y tenía problemas para respirar. Y los médicos me dijeron: 'Estás teniendo un ataque de pánico extremo'. Y yo les respondí: '¿Pero de qué estáis hablando?'. Y me dijeron que mi cerebro me estaba engañando", ha explicado en la misma conversación.
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