La otrora polémica cantante Lily Allen parece haber dejado a un lado su actitud más combativa en su vuelta al mundo del pop, hasta el punto de no discutir la decisión de su discográfica de promocionar como sencillos de su nuevo álbum las canciones menos polémicas.
"La gente tiene miedo a perder sus trabajos con esta economía. Nadie quiere darle el visto bueno a algo que pueda resultar ofensivo", admitió durante una entrevista con la revista Glamour.
Sin embargo, la actitud comprensiva de Lily no significa que comparta esta postura. De hecho, la cantante lamenta profundamente que la disminución en las ventas de discos debido a las descargas ilegales haya acabado con las ganas de los directivos de la industria musical de arriesgarse a la hora de producir conceptos de música diferentes.
"La solución es muy simple, si la gente pagase por la música en lugar de robarla, estaríamos en una posición en la que la gente apostaría por sus instintos en lugar de asustarse ante la posibilidad de acabar sin empleo. Pero no culpo a nadie. Simplemente me entristece que la industria de la música ya no funcione como antes", confesó.
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Si algo ha caracterizado siempre a Lily es su franqueza, pese a lo cual resulta sorprendente que admita sin tapujos que preferiría estrenar por su cuenta algunos de los temas más arriesgados de su disco, antes que los sencillos que ya están siendo promocionados por todas las radios británicas y que no considera los más adecuados para dar a conocer su trabajo 'Sheezus'.
"Me encantaría poder hacerlo, pero desgraciadamente he firmado un contrato. Me he hipotecado a mí misma y no hay más que hacer. Así funcionan las cosas", concluyó.
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