La actriz Emma Stone no es del tipo de persona que vive por y para ir el gimnasio porque ella se estresa en cuanto pone un pie dentro de uno.
"No soporto hacer ejercicio en el gimnasio. Por alguna razón extraña me estreso cuando hago pesas. Nunca puedo esperar a salir de esos sitios, me siento atrapada entre todas esas máquinas. No me preocupa para nada mi peso, aunque sí que parece ser un tema de interés para los medios. Nadar es mi idea de hacer deporte", aseguró la intérprete a la revista LOOK.
Gracias a su aversión a los gimnasios, Emma -que acaba de retomar su relación con el actor Andrew Garfield tras un breve paréntesis- puede dedicar el tiempo libre que otros utilizarían para entrenar a pasear cuando se encuentra en otra ciudad por motivos de trabajo.
"Una de mis grandes pasiones es explorar nuevas ciudades y he estado en sitios como Roma y otras ciudades de Europa, lo que me resulta fascinante. He trabajado mucho durante los últimos años y ahora me apetece cuidarme un poco más y tener más tiempo para vivir".
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