Una de las películas más destacadas de la carrera de Michelle Pfeiffer es sin duda 'Scarface' de Brian De Palma, para muchos uno de los mejores filmes de la historia del cine. Su personaje, Elvira Hancock, será recordado en parte por la magistral interpretación de la actriz y por su habilidad para reflejar en la gran pantalla el progresivo deterioro mental y físico de una adicta a los narcóticos con el mayor realismo posible.
"Interpretaba a una adicta a la cocaína, así que todo ello formaba parte del físico que debía lucir. Eso hay que tenerlo en cuenta. Creo que la película tenía que ser rodada, en principio, en tres o cuatro meses. Es decir, sí que intenté programarlo para que, a medida que avanzara el rodaje, yo fuera adelgazando más y más y estuviera cada vez más demacrada", ha recordado la artista a su paso por el Festival de Cine de Tribeca en Nueva York.
No obstante, el plan acabó yéndosele ligeramente de las manos después de que la grabación se alargara más de lo previsto y en consecuencia ella tuviera que seguir manteniendo unos hábitos alimenticios poco saludables para tratar de proyectar la imagen de enfermedad que requería el papel.
"Había una escena hacia el final de la película en la que tenía que estar esquelética, pero fue pospuesta una vez, y otra, y otra. Pasaban las semanas y los miembros del equipo se preocuparon tanto por mi aspecto y por mi delgadez que me traían bagels para que comiera algo. Creo que en aquel entonces solo tomaba sopa de tomate y fumaba", reveló también.
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Desde luego Michelle no fue la primera ni seguramente será la última estrella que se somete a una dieta estricta para encarnar a un personaje en la ficción. Ese fue el caso de Matthew McConaughey y Jared Leto en 'Dallas Buyers Club', por la que se llevaron sendos Óscar y, más recientemente, el de Robert Pattinson en 'Good Time', aunque para el protagonista de la saga 'Crepúsculo', el secreto para perder peso no fue la sopa de tomate de la que se alimentó la actriz durante semanas, sino las latas de atún.
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