El envidiable matrimonio que formaron Ben Affleck y Jennifer Garner durante diez años llegó a su fin en junio de 2015 y desde entonces los actores se han preocupado de seguir manteniendo una buena relación por el bien de los tres hijos que tienen en común: Violet (11), Seraphina (8) y Samuel (5).
Tal es el cariño y admiración que todavía hoy sienten el uno por el otro, que el también cineasta no ha dudado ni un segundo en hacer público su profundo deseo de poder compartir de nuevo set de rodaje con su exmujer -ya coincidieron en 'Pearl Harbor' y 'Daredevil'-, aunque en esta ocasión le gustaría tomar el mando y sentarse en la silla del director
"Me encantaría, ¿estás de coña? Creo que eso sería algo maravilloso. Muy a menudo digo que me gustaría dirigir una película en la que Jennifer estuviera porque creo que es fantástica y podría hacer algo realmente genial", confesó en una entrevista concedida a la revista People, alabando el talento de la intérprete de la aclamada 'Dallas Buyers Club'.
Parece, sin embargo, que el proyecto tendrá que ser concebido de cara al largo plazo, o al menos hasta que sus tres retoños sean algo mayores y ya no vivan bajo el mismo techo que sus padres. Por ahora, tanto Ben como Jennifer quieren compatibilizar sus apretadas agendas con el cuidado de sus hijos todavía menores de edad y asegurarse de que al menos uno de los dos puede hacerse cargo de ellos mientras el otro cumple con sus compromisos profesionales.
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"El problema que se pone en medio de todo esto es que uno de los dos tiene que quedarse en casa para cuidar de nuestros hijos. Todavía quedan algunos años antes de que vayan a la universidad. Tendremos que guardarlo bajo llave durante los próximos 13 años", aseguró en otro momento de la conversación.
Mientras tanto, el oscarizado director y la guapa actriz se encargarán de que los pequeños se vean afectados lo mínimo posible por su divorcio, por lo que pretenden seguir llevando su día a día con total normalidad y organizar escapadas vacacionales que mantengan intacta la dinámica familiar.
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"Todo va a seguir como hasta ahora, se irán todos juntos de vacaciones y tratarán de juntarse los cinco para hacer toda clase de actividades. En el fondo nada ha cambiado desde que se confirmara la separación hace dos años, al margen de que ahora cada uno vaya a vivir en su propia casa. Jennifer y Ben continúan siendo buenos amigos y todo este proceso se está llevando a cabo con absoluta cordialidad. No ha habido disputas ni discusiones sobre los bienes de la propiedad", revelaba hace tan solo unas semanas un informante al mismo medio, cuando se confirmó la noticia de que Ben ya se había mudado de la casa familiar que compartían hasta hace poco en Los Ángeles.