La historia entre Jhonny Rivera y su hijo Andy no es solo la de un padre criando a su hijo, sino la de dos amigos que han crecido juntos, aprendido el uno del otro y se han convertido en apoyo mutuo, dentro y fuera de los escenarios.
Lee más: Lady Noriega estuvo con su papá en sus últimos momentos de vida
Jhonny tenía apenas 22 años cuando se convirtió en papá. Desde ese momento, adoptó una filosofía de crianza muy clara: enfocarse en resaltar lo bueno antes que señalar lo malo. Con el tiempo, Andy ha reconocido lo valioso de esa forma de educar: “Eso me ayudó mucho cuando me convertí en adulto”, mencionó.
Más allá del vínculo de sangre, lo que los une es una amistad sólida. Se aconsejan en todo: en temas de amor, negocios y música. Andy ha aprendido de su papá mucho más que a moverse en el mundo artístico, admira su voluntad para salir adelante, su capacidad de reinventarse, su creatividad y, sobre todo, su enorme corazón.
Y si algo no ha faltado, es el apoyo, cuando Andy atravesó momentos duros con la depresión y la ansiedad, Jhonny no se apartó. Estuvo ahí, firme, como siempre. En más de una ocasión, ante las cámaras, Andy se ha quebrado al agradecerle por ser su sostén cuando más lo necesitaba.
Lo que comenzó con un joven de 22 años tratando de ser buen papá, se ha convertido en una relación profunda, auténtica y poderosa. Jhonny no solo crió a un hijo, también cultivó una amistad que hoy se siente en cada palabra, cada canción y cada abrazo.
Lee más: Víctor Hugo Aristizábal y su hijo son la definición de “De tal palo, tal astilla”
No te pierdas ningún contenido de La Red los sábados y domingos en las tardes de Caracol Televisión o a través de la Señal En Vivo.