José y Amelia no están pasando por su mejor momento: él está desempleado y es ella quien tiene que ocuparse de los gastos del hogar y de su hijo, eso sin contar que debe soportar los malos comentarios de su suegra.
Aunque el mal parece que puede acabar pronto con una nueva propuesta laboral para Amelia, quien antes debe retomar sus estudios para aplicar al cargo. Ella se emociona ante la idea, pero su esposo le asegura que la universidad no es un lugar para una mujer.