Todos están muy contentos con la celebración del bautizo del nuevo integrante de la familia Eslava, al que terminan consintiendo mucho los invitados al lugar. Además, se convierte en la ocasión perfecta para que Mireya le pida perdón a Belky por haberla descuidado en la infancia.
Pero antes de la fiesta, don Chucho intenta por todos los medios impedir que haya una celebración en la cuadra. Aunque no sabe que es él el que terminará escondiéndose para no ser encontrado por las autoridades.