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Iván Andrés Arteaga, del equipo Beta, se enfrentó en un Desafío a Muerte con Kevyn, quien era compañero de su mismo equipo. A pesar de ser considerados como los mejores Súper Humanos de la competencia, Arandú se convirtió en el más reciente eliminado.
El exparticipante cuenta en 'A las Carreras' con #Electrolit cómo su vida ha estado marcada por grandes desafíos. "El obstáculo más grande que he tenido en mi trayectoria ha sido no tener todos los medios para entrenar y destacarme en mi área, quizás por falta de recursos o apoyo", afirmó.
Al hablar de la velocidad con la que avanza, Arandú señaló con determinación: "Voy a mi propio ritmo, lento pero seguro. Dejo todo en manos de Dios y hasta donde él quiera que llegue, llegaré".
Asimismo, el exconcursante también habló sobre el esfuerzo físico más grande al que se ha enfrentado: "Después de un accidente y con una incapacidad, tuve que trabajar en mi pueblo sacando arena de un río, ya que mi novia estaba embarazada y tenía que responder", recordó con humildad.
La responsabilidad de proveer para su familia en tiempos difíciles le enseñó que no hay límites cuando se tiene una razón para luchar. "Cuando tienes una razón para luchar, los límites desparecen. A veces nos limitamos pensando que no podemos, pero una razón fuerte nos lleva más allá de lo que imaginamos", reflexionó.
Arandú expresó su profunda gratitud hacia quienes estuvieron con él en los momentos más difíciles. Ahora, mientras alcanza sus metas, su deseo es extender una mano a quienes lo ayudaron. "Me gustaría ver en la meta a todas esas personas que estuvieron ahí cuando no tenía nada, cuando apenas empezaba", concluyó.
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Iván Andrés Arteaga Martínez, de 22 años, es un entrenador físico y campesino oriundo de Lorica, Córdoba. Se identifica con el personaje icónico de las radionovelas de los años 70, el príncipe Arandú. Más allá del parecido físico, Iván se ve a sí mismo dotado de las destrezas naturales que lo caracterizan, lo que le impulsa a participar en competencias donde su fuerza mental puede superar desafíos físicos.
A pesar de la distancia emocional con su madre, encuentra un apoyo inquebrantable en su abuela, quien ha sido fundamental en su crianza. Recientemente, Iván se convirtió en padre y halla en su hijo una fuente de motivación para conseguir el éxito.
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