Los participantes se enfrentaron a una dura prueba que los dejó prácticamente ‘desbaratados’. Todos los competidores tuvieron que arrastrarse, saltar, correr, trepar y hasta armar una pirámide con las manos amarradas para poder llevarse el botón.
Óscar supo tomar la delantera desde el comienzo de la prueba y tuvo la tranquilidad para armar la pirámide sin la presión de sus compañeros. Al final se llevó los diez millones de pesos y a pesar de que tuvo la iniciativa de donarlo al fondo común, sus compañeros decidieron que le darían todo el dinero a él por su cumpleaños.
La otra cara de la moneda es Mateo, quien al quedar en el último lugar tuvo que irse solo y sin comida a Playa Bronce.