El hombre que ha hecho sufrir a muchas mujeres y ha robados suspiros cada noche en la telenovela La quiero a morir, en su papel de Stalin, pasa a ser el encargado de prenderle fuego a la tarde del sábado con las mejores cámaras escondidas, en las que cada fin de semana las víctimas salen cada vez mejor premiadas.
Gracias a esta caracterización, la invitación del programa de bromas no tomó por sorpresa al actor, quien se mostró muy natural en este nuevo papel y sorprendió a muchos desprevenidos.
"¿Corriente o extra, patrón?"