Vender minutos parece fácil, pero todo tiene su ciencia y de eso fue testigo Don Jediondo, quien se puso el chaleco para reemplazar a doña Flor en su negocio y no le fue muy bien. El humorista estuvo a punto de quebrar el negocio porque nunca tuvo claro cuánto debía cobrar… definitivamente ¡Qué Camello!
Actualizado: diciembre 26, 2016 10:07 p. m.