Alejo no podría estar más feliz al saber que es un hombre libre y que podrá disfrutar su vida sin restricciones junto a Eli. Apenas termina su noviazgo con la rubia la llama y le da la buena noticia, la costeña está tan ocupada que ni lo pueden celebrar.
Su nuevo trabajo como asistente del doctor Bocanegra le quita más tiempo que la cevichería y cada vez que intenta llamar a Alejandro algo pasa y debe colgar. Incluso, mientras el cachaco viaja a Barranquilla ella llega a Bogotá a una reunión de negocios con el decano.