Aburrida de estar encerrada en su casa, siendo vigilada por los hombres de su esposo, Lorenza decide darse un fuerte golpe en la cabeza para terminar en la clínica y de esta forma huir de esa ‘cárcel’ en la que se siente encerrada.
Su habilidad y perspicacia la llevan lejos de Bogotá, haciendo enloquecer a Urrego cuando se entera de que le han perdido la pista.
Ella logra encontrar al ‘Potro’ y decide quedarse a su lado, no solo por el negocio, sino también para que se convierta en el hombre que le puede brindar protección.