La leyenda del heavy metal y exlíder de Black Sabbath,
"Esta es probablemente una de las cosas más difíciles que he tenido que compartir con mis leales fans", inició explicando el artista de 74 años frente a sus más de 5 millones de seguidores en Instagram y en Twitter.
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El también compositor, que ha gozado de una exitosa carrera como solista, se refirió a la lesión que tuvo y explicó que su voz se encuentra bien y que su único propósito ha sigo regresar a los escenarios para seguir compartiendo con sus seguidores, sin embargo, después de “tres operaciones, tratamientos con células madre, interminables sesiones de fisioterapia y, más recientemente, un innovador tratamiento (HAL), mi cuerpo sigue estando físicamente débil”.
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“Créanme cuando digo que la idea de decepcionar a mis seguidores me pone de los nervios, más de lo que os imagináis. Nunca habría imaginado que mis días de gira acabarían así. Mi equipo está buscando ideas para poder actuar sin tener que viajar de ciudad en ciudad y de país en país”.
Cabe recordar que el último concierto de
Como un artista agradecido con todas las personas que lo llevaron a la cima del éxito, aunque fue expulsado de Black Sabbath en 1979 por inconvenientes con el abuso de sustancias y con sus colegas, Osbourne cerró el comunicado y aclaró que las devoluciones de dinero de las entradas están disponibles en los puntos de compra.
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"Quiero dar las gracias a mi familia, mi banda, mi equipo, a mis amigos de toda la vida, a Judas Priest y, por supuesto, a mis fans por su infinita dedicación, lealtad y apoyo, y por darme la vida que nunca jamás soñé que tendría. Los quiero a todos...Las devoluciones de entradas están disponibles en el punto de compra”.
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Osbourne sufrió un grave accidente en moto en 2003 donde se fracturó una vértebra y ocho costillas, más adelante en 2019 tuvo una caída en su casa donde la zona lesionada se vio afectada nuevamente, especialmente en sus nervios, por lo que tuvo que ser intervenido.
La cirugía espinal a la que fue sometido le salvó de una parálisis, pero la gravedad de las lesiones obligó a los médicos a colocar hasta 15 tornillos en la columna vertebral y el cuello.
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