“La abogada de la mafia” es Martha. Tiene 34 años y es madre de Kevin, un jovencito de 17 años y de Verónica, una linda niña de 10 años. Tiene el que muchos consideran un trabajo peligroso pero rentable: defender en los estrados, a los que nadie quiere defender.
Es un ama de casa ejemplar, cariñosa y entregada; le gusta cocinar. Se la lleva mal con su suegra y solo la soporta por el amor que le tiene a su esposo Johnny, un vendedor de autos. A diferencia de lo que ocurre en su casa, Martha, en el trabajo, es una mujer dura, fuerte, fría, que no le huye a los enfrentamientos.
Si Martha hoy tuviera la habilidad de ver el futuro, se negaría a ser la abogada de Raúl Jiménez, el jefe del cartel del Sur. Y lo haría porque este narco terminará haciendo con ella lo que no pudo hacer ninguno de los otros delincuentes a los que ha defendido: arruinarle la vida y poner en peligro a su familia.