Cuando alguien ha crecido con unos padres como Lenny Kravitz y Lisa Bonet, lo mínimo que se puede esperar es que su infancia haya sido bastante poco convencional. Pese a que su madre es actriz y se dio a conocer en la serie 'La hora de Bill Cosby', a su pequeña Zoe no le permitió pasar mucho tiempo frente a la conocida como 'caja tonta', sin importar que la niña no tuviera a su alrededor demasiados jóvenes de su edad con los que jugar.
"Crecí sin una televisión. A ver, sí que teníamos una, pero solo estaba conectada a un reproductor de vídeo. Mi madre solía ir al videoclub y me permitía ver una película a la semana. Yo era hija única, así que mi imaginación estaba revolucionada. Esas películas se convirtieron en mis mejores amigos", ha explicado la actriz a la revista ELLE.
Pese a que su primer y principal amor ha sido siempre el séptimo arte, en el último año la joven de 29 años ha conocido el reconocimiento de público y crítica gracias a la serie 'Big Little Lies', que por otra parte le dio la oportunidad de trabajar con la mujer que podría haberse convertido en su madrastra: Nicole Kidman. En cuanto Zoe se enteró de que la producción de la HBO le permitiría trabajar con artistas de la talla de la actriz australiana -que estuvo brevemente comprometida con Lenny Kravitz- o Reese Witherspoon y Laura Dern, no se lo pensó dos veces antes de aceptar el papel.
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"Recuerdo que dije: 'Espera, me estás diciendo que voy a poder trabajar con quién. ¿Cuándo? Mujeres como Laura, Nicole, Reese... Yo crecí observándolas y para mí son intocables... Y por encima de todo, te apoyan. Cuando tienes a mujeres así de tu parte, no puedes evitar sentirte un poco especial", ha reconocido.
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Por: Bang Showbiz