El actor Tom Hardy -que acaba de estrenar la película 'Mad Max: Fury Road' junto a Charlize Theron- es muy consciente de la suerte que ha tenido al conseguir salir con vida de la dura etapa que atravesó hace una década por culpa de sus problemas de adicción a la bebida y a las drogas.
"Soy una triste estadística de la clase media. Me dijeron muy claramente: 'Tom, si sigues por ese camino, no saldrás de ello. Así son las cosas. Es todo lo que necesitas saber'. Y ese mensaje se ha quedado grabado en mi mente de manera muy clara para el resto de mis días. Soy jodi**mente afortunado de estar aquí, si te soy sincero", confesó el intérprete en una entrevista a la revista Essentials, durante la que reconoció que su adicción llegó a ser tan grave que no habría dudado en "vender a su madre" a cambio de crack.
Ahora Tom atribuye parte del mérito de su sobriedad y de su estilo de vida saludable a su mujer, Charlotte Riley.
"Mi mujer también es actriz, así que comprende todo eso. Es muy buena persona, soy muy afortunado", reconoció.
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La única reputación que Tom quiere que le persiga ahora en la meca del cine es la de "tipo duro", por mucho que no deje de sorprenderle que se tenga esa imagen de él.
"La gente no comenzó a percatarse de mi presencia hasta que empecé a ganar peso y a patearle el trasero a la gente y a ser agresivo. El problema en Hollywood es que quieren que seas alguien en concreto, y luego creen que realmente eres quien ellos quieren que sean. Yo no soy un luchador. Soy un pequeño chico burgués de Londres", concluyó.
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