Los recién casados Kim Kardashian y Kanye West quieren que su pequeña North sea bilingüe por lo que, pese a que la niña tiene 11 meses y aún no es capaz de hablar, la pareja ha contratado a un profesor privado para que su hija empiece a acostumbrarse a la lengua francesa y reciba tres clases por semana.
"Si la familia de Kim no está en casa cuando el tutor llegue, Kanye se enfadará. Quieren que la pequeña aprenda francés, ya que pasarán mucho tiempo en Francia y es importante que la niña hable la lengua", confesó una fuente a la revista Heat.
Esta obsesión por controlar la vida de su hija habría llevado a la pareja -que se encuentra disfrutando de su segunda luna de miel en Punta Mita (México)- a hacer firmar a las cuidadoras de North un contrato de 20 páginas en el que se especificaría que música puede escuchar o qué actividades quieren que realice, también obligaría a las niñeras a anotar cada cambio de pañal, incluyendo el color de sus heces.
"Kim y Kanye quieren asegurarse de que la niña no coma nada que pueda perjudicar su salud, en concreto Kim se preocupa por evitar alimentos que puedan obstruir el tránsito de North para que la niña crezca plenamente sana", aseguró la misma fuente.
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De igual manera a Kim y Kanye les preocupa el tipo de juegos a los que la niña dedique su tiempo, por lo que todos ellos han de ser educativos. De este modo, el manual dado a las cuidadoras llevaría incorporado un listado de los juegos aceptados.
"Tiene que mantenerse activa, gateando y jugando con juguetes que estimulen su mente y cuerpo", añadió el informante.
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