Miguel Bosé se relaja con sus hijos en la nieve antes de volver al trabajo

El cantante Miguel Bosé ha vuelto a dejar patente en las redes sociales la maestría con la que es capaz de gestionar el sinfín de responsabilidades familiares y compromisos profesionales que pueblan su agenda diaria, en esta ocasión gracias a la divertida escapada invernal que ha protagonizado junto a sus cuatro hijos -Tadeo, Diego, Ivo, y Telmo- en la estación de Baqueira Beret (Lleida) para poner un breve paréntesis a una época de intensos ensayos.

Resulta cuando menos razonable que el astro de la música necesitara tomarse un respiro y desconectar momentáneamente de las obligaciones, teniendo en cuenta que ha pasado buena parte de este mes preparando los esperados conciertos que ofrecerá el próximo febrero en Sudamérica.

Uno de estos recitales tendrá lugar nada menos que en el marco del prestigioso festival de Viña del Mar (Chile), uno de los eventos más importantes del calendario musical hispanohablante y en el que, además de la presión que ya se desprende de su carácter multitudinario, hay que añadir la responsabilidad adicional que implica para Bosé actuar en una jornada inaugural para la que ya no queda ni una sola entrada.

Una vez finalizada su actuación del 20 de febrero, Miguel Bosé se dirigirá a la capital chilena, Santiago, para agasajar dos días después a todos aquellos fans que ya tienen sus entradas para el recital que tiene programado en el Movistar Arena de la ciudad. Más tarde, el ídolo español viajará hasta México para participar en la celebración del carnaval de la localidad de Mazatlán -en el estado de Sinaloa-, por lo que en total se mantendrá cerca de un mes alejado de sus retoños a menos que, como ya ha ocurrido en alguna que otra ocasión, se anime a llevárselos consigo en su enésima aventura latinoamericana.

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