A pesar de haberse convertido en una de las parejas más mediáticas de la crónica social, la televisiva Kim Kardashian y el rapero Kanye West ya están planificando una nueva vida totalmente alejada de las cámaras y de la opinión pública, un largo paréntesis que dará comienzo tan pronto como se conviertan en marido y mujer -con una esperada ceremonia que se celebrará en París este mes de mayo- y se marchen a un exótico destino para disfrutar de una merecida luna de miel.
"Kim y Kanye están bastante cansados de tener que lidiar diariamente con los contratiempos de la fama, así que van a aprovechar la luna de miel para descansar y, al mismo tiempo, para despedirse de los medios de comunicación y de la prensa durante una buena temporada. Sienten que es necesario cultivar su relación de forma más intensa, y empezar a vivir como lo haría una familia normal", aseguró a la revista People una fuente cercana al futuro matrimonio.
La mediana de las hermanas Kardashian y su prometido han dejado entrever en más de una ocasión que están deseando alejarse unos meses de sus numerosos compromisos profesionales y sociales para centrarse exclusivamente en la hija que tienen en común, la pequeña North (10 meses), por lo que no resulta extraño que en las últimas semanas se haya especulado con la posibilidad de que ambos vayan a casarse en secreto y a través de una sencilla boda sin muchos preparativos.
Aunque la semana pasada Kim se vio obligada a desmentir en Twitter que ya hubiera pasado por el altar con el músico, al mismo tiempo insistió en que su gran día solo se vería definido por la presencia de sus allegados más íntimos y por la ausencia de cualquier tipo de cámara que pudiera filmar el evento, lo que parece indicar que -por una vez- la estrella de la televisión ha decidido renunciar a la atención mediática que ha forjado su estatus de estrella mundial.
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