La mortalidad del ser humano ha planeado siempre sobre la conciencia del actor estadounidense John Travolta, que durante su infancia llegó incluso a pensar que el mal de amores podía ser mortal.
"Estáis hablando con un chico que aprendió sobre la vida y la muerte con tan solo cinco años. En aquella época vi una película de Fellini llamada 'La Strada' y le pregunté a mi padre por la muerte de Giulietta Masina. Él me contestó: 'Murió de mal de amores', y yo le dije: '¿Sin estar enferma?', y él me respondió que sí. Aquello cambió por completo mi vida. Nunca quise romperle el corazón a nadie, ¡eso desde luego! A partir de entonces fui consciente de la mortalidad humana", reveló el actor al periódico The Independent.
Aquel descubrimiento quebró de alguna manera la inocencia del actor, un hecho que se vio potenciado a su llegada a la industria del cine, donde tuvo que aprender a fingir para ponerse en la piel de otra persona.
"Cuando eres actor, simulas ser otra persona. Tu contrato se basa en ello, y los papeles que consigues también, así que hay que tomárselo muy en serio. Creo que hay que ser sincero con uno mismo, y después tratar de estimar la honradez de los demás. Pero no soy una persona que crea en la verdad cuando esta resulta hiriente. Eso es una tontería", dijo Travolta.
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El actor de 60 años tiene claro que la verdad depende de la persona a la que te dirijas, por lo que los niños deben permanecer a buen recaudo de algunas revelaciones.
"La mentira y la verdad no son algo estático, sino que pueden ser interpretadas. ¿Cómo llamarlo?, ¿una variable? Cuando tienes un hijo no le cuentas la verdad sobre todas las cosas. A tu abuela tampoco le cuentas algunas verdades, porque quizá no es necesario", señaló el actor.
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