A pesar de tener cara de no haber roto un plato en su vida, de pequeño el cantante Juanes era todo un terremoto que no dejó intacta ni una sola de las figuras de porcelana de su casa.
"Juan era muy bueno, nada que hacer. Pero me rompió todas las porcelanas de la casa cuando era chiquito. No me dejó ni una, ¡y nunca me las pagó! Lo recuerdo gordito, y le fastidiaban mucho por los cachetes. Un día llegó del colegio triste porque el profesor le había dicho que estaba chonchito", explica la madre del colombiano, Alicia Vásquez, en una entrevista a la revista Aló.
El colegio no fue nunca el fuerte del intérprete, que perdía demasiado tiempo con la música como para ser un buen estudiante.
"Se dedicó mucho a la guitarra y en quinto de bachillerato perdió el año. Él tenía un escritorio en el que se sentaba a hacer sus tareas, y ese año sí le preguntaba la tarea, pero nada, era mentira: nunca se sentó [a estudiar]", añade Alicia.
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Las travesuras del pequeño Juanes no impidieron que su madre se diera cuenta de que se trataba de un niño muy especial.
"Todos eran muy formales, pero él todos los días por la mañana y por la noche se arrodillaba al lado de la cama antes de acostarse y meditaba".
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