A pesar de los problemas con el alcohol que han venido marcando en los últimos tiempos la vida del actor Ben Affleck, hasta el punto de protagonizar una inesperada recaída cuando parecía que ya había superado definitivamente su divorcio de Jennifer Garner, lo cierto es que en el plano puramente sentimental el intérprete no podría gozar de mayor estabilidad gracias a su sólida relación con la productora Lindsay Shookus, una historia de amor que no ha dejado de afianzarse en los últimos tiempos.
"Siguen tan enamorados como el primer día. No quieren tomar decisiones precipitadas para demostrar al mundo lo unidos que están, pero la verdad es que disfrutan mucho de la compañía mutua y su relación está perfectamente consolidada", ha expresado a la revista People una fuente cercana al oscarizado realizador.
Al mismo tiempo, el astro de Hollywood y su afamada exmujer -quien ha vuelto por todo lo alto a la escena interpretativa con varios papeles televisivos y, sobre todo, con su participación en la aclamada cinta 'Love, Simon'- siguen cultivando ese vínculo tan amistoso y cordial que les ha venido caracterizando desde el fin de su matrimonio, integrando rápidamente a Lindsay en sus dinámicas diarias para que sus tres hijos vean en ella a otro miembro más de la familia.
"Los dos están trabajando muy duro para garantizar que su vida doméstica no cambie lo más mínimo en ese sentido. Se respetan mucho y saben que su principal labor es la de ejercer de padres. Desde que Ben le presentó a Lindsay, Jennifer la ha aceptado como una más y, de hecho, la familia al completo ha protagonizado varios encuentros", ha explicado el mismo informante.
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