Pese a que buena parte de la opinión pública mostró el mismo nivel de estupefacción al revelarse que el "idílico" matrimonio entre los actores Anna Faris y Chris Pratt había llegado a su fin el año pasado, una noticia sin duda sorprendente habida cuenta del sinfín de gestos de complicidad que solían intercambiar en sus apariciones públicas, en un principio a la intérprete le costó entender el por qué de la airada reacción que provocó la ruptura en las redes sociales.
"Reconozco que me enfadé un poco y tuve un sentimiento algo infantil, como si quisiera decirles: 'Jodanse, maduren un poco'", ha expresado la intérprete estadounidense sobre el exceso de drama exhibido por algunos de los internautas que tenían a la pareja como paradigma del amor perfecto. "Y es verdad que un poco sí que cultivamos la idea de que éramos un matrimonio idílico. Llegué a pensar: 'Oh, a la gente le parece que tenemos todo controlado. Eso está bien'", ha confesado en una entrevista al podcast 'Armchair Expert'.
Una vez consumada la separación y hecha pública, los dos actores -padres del pequeño Jack (5)- llegaron a comentar incluso el efecto que su anuncio había tenido entre ciertos sectores de la esfera virtual, especialmente en aquellos fans que podían sentirse "decepcionados" por un asunto que, todo sea dicho, pertenece a su ámbito más íntimo.
"Chris y yo llegamos a hablar de ello. Nos decíamos: 'Oh Dios, pues sí que les hemos decepcionado'. Y veíamos en nuestras cuentas de Twitter cosas como 'El amor ha muerto' y demás mensajes pesimistas. Y la verdad es que tuvimos un gran matrimonio, somos muy buenos amigos ahora mismo y tenemos un hijo al que queremos con locura", ha aseverado en la misma entrevista para terminar de apaciguar a sus seguidores más sensibles.
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