Durante todo el fin de semana Alfonso y Barbará viven un idilio de amor; y él termina por confesarle que está enamorándose de ella. Las cosas parecen bastante serias entre ambos y todo marcha bien.
Sin embargo, Montealegre se siente completamente traicionado al enterarse que Bárbara también está aspirando a la rectoría y no quiso contarle nada del asunto en todas sus conversaciones.