La cantante Paula Abdul conoce bien lo que es el esfuerzo y el sacrificio, ya que aunque ahora pueda presumir de una prolífica carrera en el mundo de la música, cuando era solo una niña procedente de un entorno familiar sin demasiados recursos, consiguió recibir la formación artística que tanto ansiaba a cambio de una serie de trabajos esporádicos en el estudio de baile.
"Un par de días a la semana íbamos a un estudio de baile donde mis amigas iban a clase de ballet, y yo hacía mis deberes mientras las miraba desde lejos, aunque todo el rato mi pie acompañaba a la música. Un día, la profesora de baile me preguntó si quería unirme a ellos, y yo le susurré que mi familia no podía permitirse pagarme las clases, a lo que ella me preguntó, '¿Y qué vas a hacer al respecto?', y contesté: 'Si limpio el suelo, las ventanas y los baños, ¿me dejarías ir a clase?'", aseguró sobre sus tempranos y nada fáciles inicios en el evento WE Day celebrado esta semana en Londres.
Son este tipo de experiencias vitales las que explican por qué la cantante estadounidense, que cosechó grandes éxitos a finales de los ochenta y principios de los noventa, siempre se ha mostrado como una artista humilde y con los pies en la tierra, al ser consciente de que son precisamente las adversidades las que han hecho de ella una mujer fuerte y con determinación a la hora de conseguir todo lo que se propone.
"De esta manera aprendí que siempre hay un modo de superar los obstáculos y perseguir nuestras aspiraciones. Agradecida, limpié los baños y el estudio y así pude empezar mi primera clase de baile, y mi mundo nunca volvió a ser el mismo a partir de ese momento", explicó orgullosa a los allí presentes.
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Por: Bang Showbiz