La polémica Miley Cyrus, quien concluía el tramo estadounidense de su gira 'Bangerz' este jueves, se hospedó junto a su séquito el pasado día 2 de agosto en el neoyorquino hotel Greenwich, donde usaron las zonas comunes del complejo sin tener en cuenta las molestias que podían ocasionar al resto de huéspedes.
"Fue como si un tornado hubiera entrado en el recibidor. Miley y su pandilla se apoderaron de él, gritando y montando jaleo durante tanto tiempo que la dirección del hotel recibió un buen número de quejas. Con el consentimiento de Miley, algunos de sus amigos fumaron marihuana, estuvieron soltando palabras malsonantes a gritos y tirándose encima de los caros muebles del hotel", señaló una fuente a la revista Life & Style.
Ante la desagradable escena y las quejas recibidas, el personal del hotel pidió a Miley y su séquito que se calmasen, pero la respuesta de la irreverente estrella ante la petición fue que "deberían estar agradecidos" de tenerla en el hotel porque "estaba gastando mucho dinero en él".
Según la publicación, el hotel Greenwich abrirá una investigación para averiguar lo que ocurrió.
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Pero esta no es la única versión de los hechos, ya que otro testigo aseguró a E! News que Miley Cyrus y su séquito no causaron ningún problema. "No hubo quejas. Miley nunca generó problemas en el recibidor".