En menos de tres días, el carismático artista se presenta ante los ciudadanos de una de sus localidades favoritas, Vilagarcía de Arousa (Pontevedra, Galicia), una ciudad que le trae gratos recuerdos por el cariño que siempre le han demostrado sus gentes y, sobre todo, por su deliciosa oferta gastronómica. Dos razones de peso que llevan a Bosé a lamentarse por la imposibilidad de quedarse unos días en Vilagarcía tras el concierto y poder desconectar así del mundanal ruido y del estrés de su gira.
"No es la primera vez que voy [a Vilagarcía] y la verdad es que me alegro de que podamos ofrecer nuestro espectáculo allí. La ciudad me trae gratos recuerdos, sobre todo en materia de gastronomía, porque se come demasiado bien. Además, siempre me he sentido muy arropado por los gallegos, son muy buena gente y tienen algo que los diferencia del resto. Ojalá me pudiera quedar unos días más de visita en la comarca, como dije se come muy bien, pero en tiempos de gira desgraciadamente no hay tiempo para vacaciones. Me tengo que volver lo antes posible para preparar mi siguiente concierto", aseguró Bosé al diario Faro de Vigo.
A pesar de sus discretas quejas sobre el frenético ritmo laboral que impera en su vida, el icónico artista se siente lleno de energía a sus 57 años y no tiene ninguna intención de reducir la carga de compromisos profesionales que combina con el cuidado de sus cuatro hijos, una mentalidad que lleva al intérprete a lanzar un duro reto al paso del tiempo y a proclamar con orgullo que se mantendrá en activo hasta que el cuerpo aguante.
"Yo me paso la vida viajando de América a España, nunca he parado de hacer cosas y seguiré por este camino hasta que las fuerzas empiecen a flaquear. Volveré a cruzar el charco el próximo 10 de octubre y me quedaré, en principio, hasta finales de mes para ofrecer conciertos, presentaciones y demás actuaciones", insistió uno de los vocalistas más prolíficos de la historia de la música española.
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El único factor que ha modificado en los últimos años la inalterable rutina de Bosé ha sido la llegada en 2011 de sus cuatro retoños, quienes no han llegado a minar la determinación artística de su incombustible padre, pero que sí han logrado precipitar grandes cambios en la ajetreada agenda diaria a la que se ve sometido el famoso cantautor.
"Cuando tienes cuatro hijos, lo único que cambia es tu agenda, ya que la tienes que planificar de forma totalmente diferente. Antes me iba de gira por siete semanas, ahora salgo dos y vuelvo a casa para estar con ellos. Con tantas obligaciones, al final del día duermo poco, pero lo hago tranquilo y satisfecho", explicaba el músico al diario El Tiempo.
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Por: Bang Showbiz