La actriz Mamie Gummer es consciente de que su madre, la oscarizada Meryl Streep, atrae la atención de curiosos y fans cuando están fuera, por eso y por el hecho de que su madre es muy amable con todos aquellos que quieren fotografiarse con ella, Mamie ejerce de "perro guardián", evitando que molesten a la veterana estrella.
"Soy una especie de perro guardián, porque mi madre es muy cortés y nunca va a ser grosera. Pero yo puedo ser grosera por ella. Si estamos en un restaurante, lo único que pido es que pueda comer. Pero después de 'Mamma Mia!', fue todo una locura", explica la intérprete en la revista Time Out London.
En estos momentos Mamie comparte cartel con su madre en la película 'Ricki', en la que interpreta a la hija de una leyenda del rock retirada -personaje al que da vida Meryl Streep- que vuelve a casa para retomar la relación con sus hijos.
Un tema que fácilmente podría extrapolarse a la vida de Mamie, ya que reconoce que la exitosa carrera de su madre no siempre le ha dejado tiempo para disfrutar junto a ella y sus tres hermanos, aunque siempre entendió que era algo que tenía que hacer y lo adoptó como ejemplo a seguir.
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"Creo que sí se sintió así [culpable porque tenía mucho trabajo]. No pudo venir a todas las funciones escolares. Pero conforme me hago mayor entiendo mejor el valor de tener una madre que no se sintió como si se hubiera perdido algo. Lo que yo vi fue a una mujer que amaba lo que estaba haciendo y lo necesitaba", añade la actriz.